Las Instituciones de carácter público y privado que trabajamos en temas ambientales y de servicios públicos en la ciudad de Cali, conocemos perfectamente la importancia del jarillón del Río Cauca, su trascendencia en la vida económica y en el mejoramiento de la calidad de vida de los caleños.
Los mayores desarrollos urbanísticos que se adelantaron en el oriente de la Ciudad, surgieron con la protección que la CVC hizo de la margen izquierda del Río Cauca, con la construcción del jarillón en el inicio de la década de los años 1960. Cualquier falla en esta estructura de protección, colocaría en grave riesgo, no sólo la vida de una población que podríamos estimar en alrededor de 1 millón de habitantes, sino de todo un proceso de desarrollo de ciudad.
Ese jarillón que durante muchos años ha protegido de inundaciones a Cali, tiene a pocos metros de sus base, una gran infraestructura de servicios públicos, tales como las subestaciones eléctricas correspondientes a el anillo de 110 Kilovoltios de Juanchito y San Luís; las plantas de potabilización Puerto Mallarino y Río Cauca, que abastecen el 75% del agua de consumo de la ciudad; las estaciones de bombeo de aguas residuales y aguas lluvias; la planta de tratamiento de aguas residuales de Cañaveralejo.
De acuerdo a inspecciones visuales y documentadas gráficamente a través de los años por la CVC y comparadas con las actuales, el Río Cauca ha ido cambiando más drásticamente de curso en el sector aguas arriba de las captaciones de las plantas de potabilización, horadando de manera preocupante la margen izquierda, con el riesgo de que este cambio en la dinámica del río en periodos de crecientes, pueda romper el jarillón. Un hecho que lo agrava, es que en los últimos dos (2) años se han asentado en este sector critico y sobre la cresta del jarillón, cientos de “ranchos”, utilizando además los escombros de la ciudad para reconformar suelos, generando mas inestabilidad, al modificar las cotas de protección y al estarse produciendo evacuación irregular de aguas residuales, que lavan, contaminan y afectan el suelo y el subsuelo.
Sobre los asentamientos precarios que han invadido las zonas de protección del Río Cauca al paso por la ciudad, desde el sur.-oriente en el corregimiento del “El hormiguero” hasta el barrio “Floralia” en el nor-oriente, las Instituciones Municipales han sido permisivas a lo largo de muchos años y no han medido los riesgos asociados a esta intrusión en una obra pública de alta importancia. Varios de estos asentamientos han sido regularizados y se dotaron con servicios públicos domiciliarios y los que no, los han tomado de manera fraudulenta.
Los asentamientos precarios, pueden producirse como un resultado de la representación de la desigualdad social, de las migraciones del campo a la ciudad, de la falta de alternativas económicas, a la falta de una adecuada planeación de la ciudad y por ende a la falta de unas adecuadas políticas estatales, locales, regionales y nacionales, entre otros factores.
El Valle del Cauca tiene 1.010.972 hogares, de los cuales 151.757 son hogares con precariedad habitacional (Fuente: DANE-ECV 2003. Cálculos: DNP-DDUPA-SVDU) y Cali tiene 416 hectáreas con Asentamientos Precarios que corresponden al 9% del área residencial total (Fuente IGAC y Catastros descentralizados. Cálculos: DNP-DDUPA-SVDU)
Independiente de lo anterior, Cali no puede continuar permitiendo el deterioro de una obra pública, que al fallar, afectará a la totalidad de la comunidad, destruyendo lo que se ha construido a través de varias generaciones y que le ha dado la posibilidad a la ciudad de ser competitiva.
Se requiere que las instituciones de todo orden, asuman sus responsabilidades, que se proceda de manera urgente al control de los factores técnicos como son los estudios y reforzamiento estructural del jarillón en los puntos críticos, que hayan acciones para la recuperación de la gobernabilidad controlando de una vez por todas el crecimiento de las invasiones y que se trabaje desde lo político y social, para que un plazo mas prudente, se consiga la recuperación de estos espacios de protección del Río Cauca.
“El país enfrenta numerosos desastres naturales como inundaciones, sequías y terremotos. En el último cuarto de siglo, el país ha experimentado seis grandes terremotos, tres erupciones volcánicas y tres avalanchas con pérdidas humanas y de infraestructura física. De acuerdo con un estudio reciente, mas de cuatro millones de colombianos fueron afectados por desastres naturales entre 1993 y 2000, aun costo anual de aproximadamente US $ 453 millones. Los mas pobres y los mas vulnerables han pagado los costos mas altos por estos desastres en términos de daños, muertes y perdida de activos” (Tomado de documento DNP marzo de 2005)
Si los eventos irresistibles de predecir y controlar, afectan de manera grave al país, como se puede observar del párrafo anterior, un evento como el que nos ocupa como es el del jarillón de protección del Río Cauca, sobre el cual podemos actuar de manera inmediata y preventivamente, no vamos a ser capaces los caleños de trabajar para evitar la catástrofe anunciada? o esperaremos a aumentar las cifras de los organismos estatales, que entre otras, superaría con creces las registradas hasta el momento.
La CVC, El Municipio de Cali, El Dagma, La Gobernación del Valle del Cauca, y EMCALI, tienen la solución en sus manos.
ACODAL SECCIONAL OCCIDENTE
Santiago de Cali, 6 de mayo de 2005