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Consideraciones de Acodal Seccional Occidente a Informes Del Ideam

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Según los informes del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, IDEAM , el continuo aumento en los niveles de los más importantes ríos colombianos mantiene en alerta a los cuerpos de emergencia del país, en especial en los departamentos del Chocó y Antioquia, donde más se han vivido los efectos de la primera temporada invernal del año.

Las lluvias permanecerán en buena parte del país y se incrementarán en la costa Caribe. “Los excesos de agua previstos serán limitantes para la realización de labores agrícolas mecanizadas. Así mismo, persiste riesgo de inundación en riberas de los ríos Cauca y Magdalena y de avalancha y deslizamientos en zonas de alta pendiente”. En los ríos Magdalena, Cauca y Atrato existe especial atención ante el incremento de sus niveles, que se acercan a las cuotas de desbordamiento.

Entre los meses de abril y mayo, según la dirección de Prevención y Atención de Desastres, 26 personas han perdido la vida. Un hecho reciente se presentó en el departamento de Antioquia, donde un niño de 5 años murió en un deslizamiento de tierra registrado en el barrio Andalucía La Francia. En ese departamento, cuyas muertes por el invierno ascienden a diez, según la oficina de Atención y Prevención de Desastres, se han reportado 23 municipios afectados, en especial los ubicados en las subregiones de Urabá y Valle del Aburrá.

Según los organismos de socorro, en Antioquia se mantiene la alerta naranja en las comunidades urbanas y rurales de Necoclí, Turbo, Arboletes y San Juan de Urabá. La emergencia amarilla se determinó para el resto del departamento. “En Antioquia se han registrado un total de 9.461 personas afectadas y 56 viviendas destruidas. El mayor impacto se presenta en las comunidades ribereñas del río Cauca, como Cáceres, Caucasia y Nechí.

La Dirección de Prevención y Atención de Desastres informó que desde abril se han afectado 64.265 personas, correspondientes a 13.067 familias. La cifra de viviendas afectadas asciende a 6.764, mientras que las destruidas llegan a 381 .

“La situación más compleja se vive en el departamento del Chocó, donde se han registrado 23.183 afectados por el fuerte invierno.

Con esta situación ACODAL Seccional Occidente pregunta:

“¿En donde están las entidades de control, para que sancionen a los Alcaldes, y Gobernadores por no cumplir con las leyes y normas que indican que es de su responsabilidad la prevención de desastres y por lo tanto deben de crear todos los proyectos y mecanismos que eviten la pérdidas de vidas humanas, no permitiendo la ubicación de “viviendas” (si es que así a veces se puedan llamar), sobre zonas de alto riesgo?”

¿A dónde están esas instituciones y sus actuaciones, para el caso de Cali y del Valle del Cauca, para que eviten los riesgos sobre el jarillón del Río Cauca, sobre las laderas de Cali y sobre las zonas de alto riesgo e inundación y así se prevengan los daños, que afectan sin duda y en forma reiterativa, a una buena parte de los pobladores de Cali, y más si llegara a cederse el jarillón?

ACODAL Seccional Occidente , traslada sus preguntas, no solamente a todos los entes de control del municipio de Cali, como Personería, Contraloría, Procuraduría, Fiscalía para la ciudad de Cali, sino a los de todo el Departamento del Valle, puesto que con seguridad las poblaciones viven zozobras similares; igualmente le hace la misma pregunta a los demás entes similares de todos los otros municipios y departamentos del país y a los entes de control del orden nacional.

ACODAL Seccional OCCIDENTE , se ha pronunciado en anteriores ocasiones sobre los graves riesgos que existen o se han creado, y que se mantienen latentes, precisamente por esa falta de acción y planificación y por los daños que pueden ocasionarse en la ciudad.

Por ello hacemos un llamado a la administración pública de nuestra ciudad, y de nuestro departamento, para que planifique y actúe con certeza por un lado y por otro, lo haga con autoridad, pues las vida humanas y el costo de los desastres, no nos deben llevar a más pobreza y desespero, sino por el contrario, la región y el país deben propender por un cambio con desarrollo planificado, ordenado y controlado, para mejorar la calidad de vida de toda la comunidad.

Santiago de Cali, Junio del 2005

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