Ya son ocho los meses que lleva Claudia María Buitrago al frente de la dirección del Departamento de Gestión del Medio Ambiente, Dagma. Tras su llegada, le tocó lidiar con el escándalo de la intervención de árboles en la Autopista Sur, en plena Feria de Cali, y la muerte de dos pumas en un refugio animal.
Hoy, pasados los escándalos, y más reposada en los temas ambientales de la capital del Valle, sostiene que sus mayores preocupaciones giran en torno a los intentos de invasión a los cerros tutelares y en buscar alternativas para recuperar los siete ríos que surcan la ciudad.
[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][/et_pb_section][et_pb_section bb_built=”1″ fullwidth=”off” specialty=”off” prev_background_color=”#000000″ next_background_color=”#000000″][et_pb_row][et_pb_column type=”4_4″][et_pb_text _builder_version=”3.5.1″ text_orientation=”center”]¿Qué está haciendo el Dagma para proteger los siete ríos de Cali?
[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row][et_pb_column type=”1_2″][et_pb_text _builder_version=”3.5.1″ text_orientation=”justified” header_text_align=”justify”]Las ciudades tienden a ver los ríos como la fuente de abastecimiento de agua y receptora de aguas residuales, y cuando esto sucede se ejerce presión sobre los ecosistemas. A las ciudades poco les interesa lo que pasa fuera de su perímetro urbano y cada vez que la ciudad se expande se comienza a devorar los recursos naturales. En el caso de Cali, las mayoría de viviendas que colindan con el río están de espaldas a él. Las ciudades tienen que dejar de ser arrogantes con el campo.
¿Pero qué está haciendo el Dagma para cambiar esa realidad, qué plan tienen para evitar que se sigan deteriorando los afluentes de la capital del Valle?
Las ciudades tienen que invertir el 1 % de sus recursos corrientes en compra de predios ubicados en áreas estratégicas que abastezcan los acueductos. Esto se puede hacer a través de los pagos por servicios ambientales que son incentivos que se les da a las personas que están deforestando cuenca arriba para que abandone esa mala práctica agropecuaria o también la minera…