Factores de competitividad. El Plan de Desarrollo deberá prever la elaboración de un plan estratégico nacional de agua y saneamiento básico, así como ambiental.

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La presidente ejecutiva de ACODAL Ingeniera Maryluz Mejía de Pumarejo publica un importante análisis en Portafolio destacando el papel del agua como factor de competitividad.

La existencia de servicios de agua potable, saneamiento básico y una gestión ambiental sostenible, son condición sine qua non para el aumento de la competitividad. Por ello, la gestión e inversión en estos factores de desarrollo y crecimiento debe priorizar como inversión social: zonas rurales, pequeños y medianos asentamientos urbanos donde se presentan los mayores rezagos en cobertura, así como calidad e inversión para la competitividad, como obras en puertos, nodos logísticos, y zonas con vocación industrial y agroindustrial.

Es necesario que en el presupuestos plurianual del nuevo Plan Nacional de Desarrollo se hagan evidentes partidas y localización para agua potable, alcantarillado, tratamiento de aguas residuales y residuos sólidos, al igual que los recursos que se reservarán para prevención y atención a desastres, mitigación y adaptación al cambio climático. Seguir argumentando que los servicios de agua potable y saneamiento básico son un tema municipal, frente a cuantiosas inversiones permanentes y extraordinarias que el Gobierno Nacional realiza ante peticiones territoriales directas o a través de protestas, desastres por sequías, inundaciones y derrumbes, es desconocer la realidad. El 40 por ciento de la inversión sectorial es nacional.

Los recursos a destinar para obras requeridas, capacitación y acompañamiento a gestores locales para la operación de los sistemas construidos y preinversión, deben ser conocidos de antemano por los distintos agentes públicos y privados, considerando los siguientes factores:

1.La inversión nacional en agua, saneamiento básico y ambiental, orientada a rezagos en calidad y cobertura en zonas rurales y centros poblados menores, debe estar acompañada de las metas para superarlos, en concordancia con los objetivos de reducción de la marginalidad.

2.La información sobre inversiones nacionales para atender diversas necesidades territoriales en agua y saneamiento básico y ambiental requiere un plan estratégico nacional que presente las prioridades por tipo de proyectos y regiones. En consecuencia, se logrará una mayor transparencia en la asignación de recursos y la destinación de presupuesto nacional a los faltantes de inversión en donde realmente se requiere y en proyectos que lo demanden, de tal forma que no se pierdan en elefantes blancos, tal como lo ha informado la Contraloría General de la República, en referencia a la inversión en plantas de tratamiento de aguas residuales.

3.La industria de materiales, equipos e instalaciones para el sector requiere información para programar su oferta nacional y territorial, con el fin de responder mejor a la demanda programada.

4.La nación cumple un papel fundamental en la corrección de fallas del mercado territorial, con especial atención en la superación de las barreras a la concurrencia de oferentes, que viene afectando una conveniente apertura a la multiplicidad de estos.

5.La eficacia de las inversiones para atender efectos negativos de la variabilidad climática por escasez del recurso hídrico o daño en los sistemas de captación por inundaciones y derrumbes, demanda facilitar la financiación y contar con empresas contratadas antes de las emergencia a fin de lograr que sean los mejores contratistas quienes ejecuten los proyectos.

6.En las zonas rurales y en los asentamientos de la población indígena y afrodescendiente, donde se concentran los mayores déficit de cobertura y calidad, los proyectos definidos por las comunidades en los planes con enfoque deben formar parte del programa nacional de agua, saneamiento básico y ambiental para que sean incorporados a las estrategias de capacitación y acompañamiento a las organizaciones que garantizarán su operación y mantenimiento.

Estos y otros contenidos deben formar parte del Plan Nacional de Desarrollo para evitar la discrecionalidad en la asignación de recursos en los territorios, y, sobre todo, para permitir a los alcaldes incorporar los proyectos en sus planes de desarrollo locales, aspecto que facilita la cofinanciación entre recursos del Presupuesto General de la Nación, propios del municipio, sumados a los aportes de los provenientes de los Sistemas General de Regalías y Participaciones.

En estas circunstancias, el Plan Nacional de Desarrollo deberá prever la elaboración de un plan estratégico nacional de agua y saneamiento básico, así como ambiental, que defina las prioridades de inversión y su localización, pero que también estimule el esfuerzo local, incentive la regionalización de la operación de estos servicios, innecesariamente dispersos, y ayude a mejorar la transparencia en la asignación de recursos, la contratación y la calidad de los proyectos.

Este plan estratégico debería ser coordinado por una agencia nacional del agua, que a la manera como lo hace la ANI, realice la estructuración técnica, financiera, legal, social y ambiental de los proyectos, los cofinancie e impulse, los que puedan ser objeto de Asociación Público Privada, y finalmente, cualifique la asignación de recursos de regalías y participaciones.

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